Calambres musculares inducidos por el ejercicio

Los calambres musculares asociados al ejercicio son algo habitual en los deportes de resistencia, afectando a un 67% de triatletas y a un 30-50% de maratonianos, estando también muy presente en deportes como el rugby (52%)1.

 

¿Qué son?

Se trata de contracciones musculares localizadas, dolorosas e involuntarias que ocurren durante o inmediatamente después de la práctica de ejercicio. Los músculos más afectados suelen ser los isquiotibiales, los cuádriceps y el gastrognemio (o “gemelos”), siendo este último el más común.

¿Por qué se producen?

En primer lugar, debemos decir que al tratarse de un fenómeno que ocurre de forma espontánea, es difícil su investigación.

Actualmente, existen dos teorías: una más antigua, que lo relaciona con el desequilibrio electrolítico y la deshidratación, y otra más reciente que lo asocia a una alteración del control neuromuscular.

Teoría del desequilibrio electrolítico y deshidratación.

Para explicar el proceso que defiende esta teoría, nos ayudaremos del siguiente esquema que podemos ver en la Figura 1.

Figura 1. Esquema de la teoría del desequilibrio electrolítico y la deshidratación. Fuente: Adaptado de Qiu y Kang. (2017). Exercise Associated Muscle Cramps-A Current Perspective. Scientific Pages Sports Med, 1(1), 3-14.

Teoría de la alteración del control neuromuscular

Miller et al. (2010) y Braulick et al. (2013), fueron alguno de los autores que refutaron la teoría anterior, ya que no encontraron correlación entre baja hidratación y calambres musculares.

En esta misma línea, Schwellnus (2009) y Layzer (1994) se centraron en una posible alteración del control neuromuscular.

Aunque no está claro como estos cambios pueden desembocar en calambres musculares, se sugiere que puede ser debido a una hiperexcitabilidad del conjunto de motoneuronas  debido a la perturbación del normal funcionamiento de los receptores musculares periféricos, provocando mayor actividad de los huso musculares y menor feedback de los órganos tendinosos de Golgi (Figura 2), dando lugar a una descarga sostenida manifestado en forma de calambre muscular.

 

Figura 2. Un huso muscular (izquierda) y un órgano tendinoso de Golgi (derecha). Fuente: Adaptado de Qiu y Kang. (2017). Exercise Associated Muscle Cramps-A Current Perspective. Scientific Pages Sports Med, 1(1), 3-14.

Ya que la mayoría de los calambres se producen hacia el final de la sesión o después de esta, podemos deducir que la fatiga está implicada en este proceso. Músculos fatigados, muestran una mayor actividad de los husos musculares 4 y un incremento en la actividad electromiográfica (EMG) 14. Por lo tanto, podemos decir que existe una creciente evidencia que asocia los calambres musculares con la fatiga muscular.

¿Se pueden prevenir?

Al no conocer a ciencia cierta la causa por la que se producen los calambres musculares, no es fácil dar una respuesta en relación con las posibles estrategias de prevención. Además, dependiendo del contexto y el sujeto, los calambres pueden tener lugar por medio de diferentes mecanismos.

En relación con la teoría de desequilibrio electrolítico y la deshidratación, se propone la ingesta de bebidas con electrolitos. Sin embargo, debemos tener en cuenta que durante la práctica deportiva, aunque exista poca sudoración, es difícil reponer esta pérdida de electrolitos. Además, debemos tener en cuenta que estas bebidas no se absorben inmediatamente, si no que necesitan al menos 13 minutos para llegar al sistema circulatorio (incluso si hablamos de bebidas hipotónicas) 11. Por lo tanto, es recomendable hacer la ingesta una hora antes para asegurarnos de que se absorbe de forma correcta. Además de esto, la evidencia nos ofrece diferentes propuestas en relación con la composición de este tipo de bebidas, desde 1,3g hasta 3-6 g de sal por litro de agua.

Otras sustancias empleadas, han sido el zumo de pepino y la quinina, que parecen mostrar ciertos beneficios. Sin embargo, otros minerales, como son el potasio o el calcio, son considerados ineficaces.

Por otro lado, si tenemos en cuenta la teoría de la alteración del control neuromuscular, parece ser interesante tener unos buenos hábitos en relación con las sesiones de estiramiento, evitando que la musculatura tienda a acortarse, hecho que parece tener relación con una mayor aparición de calambres musculares, esto puede explicar porque en nadadores los gemelos tienden a sufrirlos en mayor medida debido a la posición del pie. Además, al estar relacionado estrechamente con la fatiga, es muy importante adecuar la carga de entrenamiento a la capacidad del individuo y, en el caso de deportistas, de cara a afrontar la competición, es importante haber alcanzado una condición física adecuada para poder soportarla.

Otros factores de riesgo que podrían tener relación, son los siguientes: edad avanzada, factores metabólicos (depleción de glucógeno) o predisposición genética.

CONCLUSIÓN

Para finalizar, a pesar de lo comentado anteriormente, debemos tener en cuenta que los motivos por los cuales se producen los calambres musculares pueden ser diferentes dependiendo del contexto y el individuo.

En relación con los estiramientos, podría ser interesante el uso de otras formas de estiramiento como estiramientos dinámicos o FNP (facilitación neuromuscular propioceptiva).

En base a la evidencia actual existente, serán necesarias futuras investigaciones que aclaren un poco más los mecanismos que provocan estos calambres, centrándose principalmente en músculos biarticulares, más susceptibles de sufrir estos.

REFERENCIAS:

Imagen 1 | https://livestrong.com

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